jueves, 11 de noviembre de 2010

LA REORGANIZACION DEL CONCEPTO DE SI MISMO.

Carl Ransom Rogers, influyente psicólogo estadounidense que en compañía de Abraham Maslow, fundo el enfoque humanista en la psicología; nació un 8 de Enero de 1902 en la ciudad de Oak Park, en el estado de Illinois, Estados Unidos y murió en la ciudad de Chicago el 4 de Febrero de 1987, nos presenta en este aparte del texto, contenido en uno de sus escritos,  una teoría que como el escritor lo refiere, suele ser un poco difusa, pero a medida que se adelanta en la comprensión, se concibe de una manera mas global, el ideal de su teoría, que es poner a la persona en el centro de la terapia y permitirle que autónomamente vaya avanzando en su proceso, a través del reconocimiento de ciertas dimensiones de su identidad personal.

Es aquí donde aparece un concepto que según el autor es de “Importancia Capital”, en el entendimiento y organización de esta teoría, EL CONCEPTO DE SI MISMO.
El desarrollo de la teoría de Carl Rogers, se va desarrollando en forma de proceso, donde cada experiencia va permitiendo un nuevo paso en el entendimiento de este concepto.

Para iniciar, resalta el autor como un punto primordial en la realización de la terapia, la relación de confianza que debe establecerse entre la persona y el psicoterapeuta, pues solo en un clima de familiaridad, puede establecerse un exitoso proceso, donde se pueda expresar con tranquilidad cada una de las experiencias obtenidas por la persona y que han dado pie a la problemática que lo ocupa.

Como lo mencionaba anteriormente, esta terapia tiene a la persona como su centro primordial, siendo ella quien permita y avance autónomamente en cada momento del proceso; es aquí donde el terapeuta adopta un rol de comprensión, “Donde no se juzga, ni se critica, ni se evalúa”, únicamente, se reflexiona y se le permite al cliente una búsqueda profunda y personal de, cual es la fuente que origina su problema.

El objetivo último de la terapia debe ser la plena aceptación de si mismo, donde adquiera una verdadera independencia y una plena responsabilidad sobre sus acciones, para lo cual es necesaria antes una desorganización total del concepto de si mismo, que facilita el terapeuta, pero que realiza y descubre la persona.

De esta forma, entendemos que son necesarios una serie de pasos para la realización de la terapia, en un primer momento la creación de un “rapport” o relación previa, a lo que sucede el desahogo emocional, de lo que resulta la adquisición del “insight” que es un cierto discernimiento o autocomperension y que debe brotar espontánea y libremente en la persona, mostrando así procesos autónomos donde el cliente reconoce y va avanzando en sus determinaciones.

La adquisición del Insight, es uno de los momentos centrales de la terapia, pues supone una visión distinta que se adquiere y donde la persona comienza  a cuestionarse a si misma y a reconocerse plenamente.

Este es un paso definitivo ante la aceptación del “concepto de si mismo”, pues el reconocerse de una forma conciente, permite descubrir dimensiones y actitudes totalmente desconocidas y actuadas quizá por instinto en la persona, por lo que mas adelante se afirma que la percepción del si mismo, actúa directamente en la conducta, en el comportamiento de la persona.

La aceptación de si mismo, comprende, descubrirse y aceptarse tal como se es, en cada una de las dimensiones y hacerlo de una forma global; este es ante todo un proceso de Voluntad.
Esta aceptación se da en la persona después de reconocer las características de su personalidad, de una manera autónoma y aceptándolas voluntaria y plenamente.

La evidencia mas clara de la adquisición de un nuevo concepto de si mismo, se puede evaluar  en la expresión de la persona acerca de su “si mismo”, que al inicio y normalmente suelen ser de desprecio y destrucción, que reflejan un claro inconformismo con su forma de actuar, y es muy poco, casi nulo, lo positivo que autónomamente resalta de su personalidad.
En el recuento de cada una de esas inconformidades, la persona comienza de alguna forma a desarmar su concepto de si mismo y permite que el origen del problema salga a flote de una manera espontánea. Como lo resalta el autor, este es un momento penoso de la terapia, pero es donde el individuo se da cuenta de sus debilidades, de sus vacíos, en conclusión, de la fuente de su problema.

Al mismo tiempo, este “desarme del concepto de si mismo”, hace ver al cliente, como es necesario comenzar a construir un nuevo “si mismo”, pero ya de una forma plena, que le permita actuar de una forma natural, desde sus convicciones, hecho que no era permitido en su anterior esquema de personalidad, pues lo dice el texto; “La pintura del propio si mismo percibida por el individuo, tiene una influencia profunda en la conducta”.

Al finalizar esta nueva organización del concepto de si mismo, viene a tomar parte una reorganización de la personalidad y de la conducta en el individuo, “Cuando se dan cambios en la percepción del si mismo y en la percepción de la realidad, también se dan cambios adecuados en la conducta”, lo que produce en la persona sentimientos de liberación y una nueva adaptación.

De igual manera Enumera el autor una serie de cambios en la personalidad del cliente, entre los que cobran importancia, el cambio en el modo de referirse hacia su propio si mismo, ya con palabras que califican de una manera apropiada su personalidad, un cambio profundo en las actitudes para consigo y para con los demás; el individuo es capaz de aceptase cada vez mas tal como es, y comienza a actuar de una manera mas espontánea  y con una conducta reorganizada y de acuerdo al concepto que a adquirido acerca de su nuevo si mismo, y a partir de este, la nueva configuración de su personalidad.
Los hechos anteriores, pasan a se bases para asumir un nuevo comportamiento, donde se pasa de percepciones generales y superfluas a valoraciones concretas y “fundadas en sus experiencias reales”.

Rogers ilustra al terapeuta de una forma interesante, al referirse a el como un “ALTER EGO”, para el paciente, un reflejo de si mismo, que evalúa y le permite una concepción adecuada de su si mismo.

El resultante de todo este proceso, que al iniciar parecía  vago y ambiguo, es la reconfiguracion de la personalidad del cliente basada ya en sus ideales, llena de nuevas conductas, que le permite la adquisición de independencia y responsabilidad sobre su vida, que es ya mas real.
Adquiere también nuevos sentimientos y cualidades, que le permiten espontaneidad y fluidez, desconocidas en su renovado concepto de si mismo.

Todo este proceso terapéutico, es fácilmente comparable con el antiguo método filosófico, utilizado por Sócrates y que ha tomado a través del tiempo el nombre de Mayéutica, proceso donde el filosofo se servia de las preguntas como un medio para ayudar a descubrir la esencia interior de sus discípulos.
Este método se describió en palabras coloquiales como un “Ayudar a parir el conocimiento”, a sacar de dentro algo que pertenece al individuo, pero que es desconocido totalmente por el, y que le ayudara a comprender acciones y momentos antes inexplicables, o en cuestiones del conocimiento a tener una visión mas profunda del saber especifico.

Eso es esta terapia propuesta por Carl Rogers, un proceso, donde el psicoterapeuta actúa como un mediador, que le propicia al individuo momentos y preguntas para que de manera voluntaria, responsable y autónoma, descubra y actué frente a su problemática, resultando ser casi un proceso individual donde el terapeuta solo asesora, escucha y reflexiona, presentando así al paciente como el centro y el culmen del proceso terapéutico.

Todo ese Dialogo que en un ambiente calido de confianza y familiaridad se entabla con el psicoterapeuta ayuda a “parir”; como me refería anteriormente a la Mayéutica en términos coloquiales, ese nuevo concepto de si mismo, fundado en la experiencia de su anterior problemática, lo que permite una mejorada reconfiguracion de la personalidad donde domina la convicción y la seguridad.

Para finalizar cito las palabras de Carl Rogers, que resumen y definen claramente este método psicoterapeuta que el propuso:
“Vemos esta Psicoterapia como un proceso en el que se relaja la estructura del si mismo en la seguridad de la relación con el terapeuta y las experiencias anteriormente negadas, son percibidas e integradas a continuación en un si mismo  cambiante”.